Erreizando-Espacio


Brandon Young Durán

brandon.young@erreizando.com


¡Comparte!


Hoy en día, el hombre con más riqueza en el mundo es Elon Musk. Este título ha sido disputado en los últimos años entre él y otro multimillonario, Jeff Bezos. ¿Qué tienen en común estos dos personajes? Ambos han invertido fuertes sumas de su patrimonio para ir al espacio. Musk, director y fundador de la empresa SpaceX, logró que la NASA firmara con su compañía un contrato por $2.9 billones de dólares para ir a la Luna en su cohete llamado Starship; mismo que planea usar para alcanzar Marte. Podría parecer que la  nueva carrera al espacio la va ganando Musk y sus cohetes reutilizables frente a Bezos y otros multimillonarios con el mismo objetivo. Pero ¿cuál es la prisa?  y, ¿qué diferencias existen entre esta nueva carrera espacial y la que se vivió durante la Guerra Fría entre Estados Unidos y la Unión Soviética?

El fundador de SpaceX y de compañías como Tesla, Hyperloop y Solarcity ha declarado que su objetivo es convertir a los humanos en una especie multi-planetaria. Esto implicaría, acorde al plan de Musk, una colonización del Sistema Solar empezando por la Luna y Marte. Para ello, el primer paso es saber qué esconde el cosmos; cuestión que ha intrigado a la humanidad por siglos. Gracias a los avances tecnológicos de las últimas décadas, la exploración espacial ha contestado muchas preguntas que tenían los científicos sobre nuestro universo. El ejemplo más reciente fue el lanzamiento del telescopio James Webb el pasado 25 de diciembre de 2021, el cuál es 100 veces más potente que el telescopio Hubble.

Erreizando-telescopio

Una colonización del Sistema Solar como lo planea Elon Musk abriría la puerta a una gran cantidad de actividades económicas. La industria satelital comercial domina este negocio, ya que en 2020 estuvo valuada por $270 billones de dólares y representó el 73% de la economía del espacio. Sin embargo, hay otra industria con el potencial de valer trillones de dólares si no es que más. Nos referimos a la minería espacial y es por lo que tantos millonarios están apostando al espacio.

Para aquellos fanáticos de la ciencia ficción esta idea no es nueva. Ten cuidado porque a continuación habrá un par de spoilers. En 2007, se estrenó la película Avatar, dirigida por James Cameron. Su obra está ambientada en el año 2154 en el que los humanos se han convertido en una especie multi-planetaria que busca explotar los recursos de otros planetas. Esto los lleva hasta una luna llamada Pandora que es hogar del pueblo na´vi, una raza alienígena. La luna posee grandes cantidades de unobtainium, un mineral que se vende por millones de dólares en la tierra. El conflicto de la película surge cuando descubren que los depósitos del mineral se encuentran debajo de donde habitan los na´vi.

Avatar nos presenta varios escenarios muy cercanos a la realidad que ocurren hoy en día. El primero de ellos es el desplazamiento de pueblos indígenas para la extracción de recursos. En la película vemos cómo intentan desalojar a los na´vi mediante el uso de la fuerza para minar el unobtainium. Si bien es poco probable encontrarse con una raza alienígena viviendo en un planeta o asteroide que planee ser minado, si ocurre en muchas latitudes del planeta tierra que comunidades enteras son desplazadas debido a proyectos extractivistas. Por otro lado, está la presencia de tropas en Pandora. La militarización del espacio no ha podido ser detenida debido a aspectos no contemplados por el régimen internacional del espacio ultraterrestre que data de la Guerra Fría. Una nueva carrera armamentística en el espacio podría ser consecuencia del interés de las naciones de proteger sus actividades económicas en el espacio exterior.

Erreizando-Avatar

Otro ejemplo es la última entrega de Adam McKay, Don´t Look Up (No Mires Arriba), en la cuál dos científicos estadounidenses descubren que un asteroide gigante se dirige a la tierra y la impactará en 6 meses. El asteroide es tan grande que una colisión con la tierra generaría una extinción masiva, como la que extinguió a los dinosaurios hace 65 millones de años, por lo que es necesario destruirlo o desviar su curso. Sin embargo, se descubre que el asteroide es rico en una gran cantidad de minerales y tierras raras, por lo que se decide dejar que impacte al planeta para extraer los valiosos recursos que trae consigo.

El asteroide se presenta como una metáfora a la crisis climática y a la inacción de los gobiernos. De igual forma, vemos cómo las grandes corporaciones literalmente están dispuestas a destruir el planeta a cambio de generar mayores ganancias. Sin embargo, una cosa es cierta, en nuestro sistema solar existen miles de asteroides con minerales como el oro o el plutonio necesarios para la economía mundial que valen millones de dólares y minarlos sería una empresa muy redituable.

Tal es el caso de Psyche 16 un asteroide ubicado en entre Júpiter y Marte, en el Cinturón de Asteroides. Con 226 kilómetros de ancho es uno de los objetos más grandes del Sistema Solar después de los planetas. Se calcula que el asteroide podría valer $142 trillones de dólares ya que está compuesto de hierro y níquel principalmente, así como decenas de otros metales y tierras raras. Si se minara un asteroide como este, muy probablemente el mercado de las materias primas colapsaría. La NASA y SpaceX tienen planeado lanzar este año una misión de exploración con el objetivo de conocer más sobre este cuerpo celeste. 

Erreizando-Psyche 16

La exploración es entonces el primer paso para explotar los recursos que hay en el espacio. Aunque esto parezca lejano y poco factible debido a los costos, existen compañías como Planetary Resources y Copenhagen Suborbitals que tienen planes para hacer que la minería espacial se vuelva una realidad. Sin duda esto puede convertirse en una actividad muy lucrativa, sin embargo, viene acompañada de un riesgo muy alto por lo que se necesitará la mejor tecnología y el capital humano más especializado para lograr una empresa como esta. 

Ahora bien, ¿por qué explotar los recursos minerales del espacio? En primer lugar, porque los minerales que hay en la tierra son recursos no renovables, una vez que se extraen la cantidad disponible en los depósitos disminuye. Del mismo modo, se han vuelto indispensables para muchas industrias como la tecnología, las telecomunicaciones, la aeroespacial y para la defensa de una gran cantidad de países. Elementos como el Radio, el Paladio, el Iridio o el Platino son increíblemente escasos en la Tierra, pero abundantes en el espacio. Más aún, aquellos países que controlan los principales depósitos de estos minerales tienen una ventaja estratégica, por lo que se vuelve una cuestión de seguridad nacional.

Por ahora este sector parece estar dominado por la iniciativa privada, lo cuál hace que los instrumentos jurídicos pensados para normar las actividades de los Estados en el espacio queden obsoletos frente a estos nuevos actores. Será necesario entonces diseñar nuevos tratados internacionales que regulen las actividades de las empresas privadas en el espacio. En un futuro no tan lejano es posible que veamos una mayor participación de los gobiernos en la minería espacial por considerar ciertos recursos minerales como estratégicos para su seguridad. Bajo este argumento de la seguridad espacial, es probable que los países justifiquen la militarización del espacio, lo cuál solo podrá ser contrarrestado con otros tratados que refuercen el régimen internacional del espacio ultraterrestre.