And the Oscar goes to… Lo mejor del cine ¿en el mundo?



Leonel Campuzano 

leocampr@erreizando.com

Luis Andrés Gonzalez 

luisandresgg@erreizando.com


Comparte!


La entrega de Los Oscars, que año con año se lleva a cabo normalmente entre enero y febrero, tendrá lugar el 25 de abril de este año, derivado de la pandemia provocada por la Covid-19. A pesar de este movimiento de fechas, sigue siendo uno de los eventos de premiación más importante a nivel global, no sólo por premiar el séptimo arte, sino por sus implicaciones culturales.

Este aclamado evento surgió en los años veinte, en el Periodo Entreguerras, como una propuesta para incentivar el crecimiento de la industria del cine en los Estados Unidos. La Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas está compuesta por diversas representaciones del proceso creativo de la cinematografía, desde casas productoras, directorxs, actrices y actores, personas dedicadas al diseño de vestuario y escenografías, escritoras y escritores, entre otras. Se instituyó para premiar a “lo mejor del cine”.

Las películas y documentales que son candidatos a ganar un Oscar obtienen por parte de La Academia su nominación al menos un mes antes de la premiación. Es la misma Academia, con representantes de las quince disciplinas que se involucran para la creación de largometrajes y cortometrajes, quien conforma el jurado que decide quien será galardonadx con uno de los premios. Hay que decir que, en su mayoría, el jurado se compone por personas líderes en la industria y, generalmente, ya han sido premiadas con anterioridad.

Después de hacer un recuento histórico de estas premiaciones, podrás notar que han cambiado ampliamente en cuanto al tipo de proyectos y personajes galardonados, debido a que año con año el comité seleccionador crece y se modifica. Esto no es fortuito, pues se desprende de una de las grandes críticas que se ha hecho a los premios a lo largo de su historia: lo elitista, xenófobo, machista y racista de sus jueces. Por ejemplo, la entrega de 2016 fue boicoteada y calificada de racista porque en ninguna de las películas premiadas (y qué decir del grupo de selección) hubo una sola persona negra o de otro origen étnico.

Esto se sumó al hecho de que en su mayoría eran hombres quienes conformaban al jurado. En consecuencia, cada año se agregan al jurado, en promedio, 300 nuevas personas votantes de género y origen supuestamente diverso. Así, para este 2021, serán más de 7,000 personas involucradas en todo el proceso de selección. 

Bajo el esquema anterior, cada año se nomina un número variado (generalmente cuatro o cinco) de películas cuyo idioma original no es el inglés. Esta categoría era la de Mejor película en lengua extranjera hasta el 2020, cuando se cambió su nombre por Mejor película internacional. Las películas consideradas para ser nominadas deben de tener más del 50% de los diálogos en un idioma que no sea el inglés y ser sometidas a la candidatura por el país que asuma la producción. En esta ocasión están nominadas películas de Dinamarca, Hong Kong, Rumania, Túnez y Bosnia y Herzegovina. Son Otra rondaBetter DaysCollectiveThe Man Who Sold His Skin, y Quo VadisAida?, respectivamente. 

Como en la mayoría de las categorías, las películas nominadas a Mejor película internacional son seleccionadas por un jurado conformado por la parte representativa de La Academia de anteriores nominadxs y ganadorxs en esta categoría. Sin embargo, para la entrega de esta estatuilla dorada, todo miembro de La Academia que haya visto las películas puede votar. 

Cabe hacer mención que estas cinco películas no son las únicas no estadounidenses que tienen nominaciones en esta entrega. En las categorías de documental corto, documental largo, cortometraje y cortometraje animado, hay otras producciones de origen internacional. De 56 películas totales nominadas, 16 son por lo menos co-producidas en países no angloparlantes. Esto no siempre significa que no se distribuyan en inglés.

A lo largo de 93 entregas de los premios, solo en seis ocasiones se ha nominado a una película en la categoría de Mejor película y Mejor película internacional (en idioma extranjero) simultáneamente. Fue hasta la 92ª entrega que una de ellas ganó ambas categorías (Parásitos del surcoreano Bong Joon-ho). No es la misma situación con otros premios, como el de mejor director o directora, pues eso ha pasado varias veces; por ejemplo, en los últimos 10 años, 5 premios al Mejor director han sido para mexicanos (Cuarón, González Iñárritu y Del Toro). 

Si bien poco a poco han habido esfuerzos hacia la inclusión, la presencia de cineastas, actores y actrices, directorxs y películas no estadounidenses sigue siendo algo poco usual. Son una minoría que destaca por el supuesto gran logro que implica estar en una entrega de Los Oscars. Aún así, La Academia sostiene el discurso de otorgar los premios “a lo mejor del cine”, como si representara al mundo entero. En dicho discurso, la ganadora al premio de Mejor película es la mejor producción de cine en el mundo a lo largo del año, no solo de Estados Unidos; de ahí la retórica de tener que abrir un espacio extra para las películas extranjeras y que solo un puñado de ellas logre, además, incluirse en el premio principal.

En términos de las Relaciones Internacionales, esto implica una hegemonía (incluso imperialismo) ejercida por las industrias culturales de los Estados Unidos. Lo que esto quiere decir es que se pone como ejemplo a las películas estadounidenses (y elegidas por personas estadounidenses) para determinar lo que es bueno en el cine haciendo el comparativo para los filmes hechos en otras latitudes. Este discurso demerita todo lo que no es estadounidense o angloparlante. 

Efectivamente, hay factores técnicos que, en términos objetivos, no se pueden menospreciar en la calidad del cine estadounidense, como los relativos a la nitidez de la imagen y la mezcla de sonido, por ejemplo. Sin embargo, es necesario entender que, al presentarse como las mejores películas del mundo, les da posibilidades para su distribución y venta global, lo que significa ganancias para la industria de Hollywood. El cine de otros países suele ser independiente y poco financiado, por ende, no tiene las herramientas necesarias para compararse con la capacidad del cine inglés y estadounidense.

De esta manera, no solo se diseminan las ideas de lo que es buen cine según los términos de La Academia de Hollywood, sino todos los discursos sociales que se retratan en las películas que ganan Los Oscars. No se debe perder de vista que las industrias culturales intentan retratar la forma de vida de una sociedad para el consumo; entre más se acepte en otras latitudes esta forma de vida, más se va a comprar el producto que las retrata. Si nos comenzamos a identificar con las historias estadounidenses, es posible que queramos comprar más de ellas y repitamos lo que vemos hasta hacerlo propio. Así se ejerce esta hegemonía cultural. 

Pero ¿qué pasa con las películas que mencionamos y que han ganado premios siendo internacionales o de actores/directores no estadounidenses? Son avances hacia la inclusión, pero hay que tener en cuenta que la inclusión en estos términos puede ser más bien una forma de autorregulación de la hegemonía. Esto quiere decir que la propia Academia, por ejemplo, se interesará en incluir películas extranjeras en las nominaciones para no perder su estatus en el mundo. 

Mejor pregunta que la anterior es ¿qué películas han ganado en estos términos? Parásitos viene de un país en donde la industria cultural está creciendo de manera inigualable a través de la llamada Ola Coreana Hallyu y tiene los medios financieros para producir una película de tal magnitud. Alfonso Cuarón, Alejandro González Iñárritu y Guillermo del Toro fueron galardonados como mejores directores con películas de producción estadounidense y en inglés; la excepción es Roma que está hecha en español y en México, pero con apoyo financiero de la gigante Netflix. Lo anterior no quita el gran esfuerzo y logro que representa el poner el talento de países como México y Corea del Sur en los premios, pero hay que tener en cuenta que no es fortuito.

Estos supuestos golpes a la hegemonía de la industria cultural de Estados Unidos poco a poco generan cambios, pero también pueden ser una oportunidad para que La Academia, en su hegemonía cultural, adecúe su discurso para decir “efectivamente, premiamos lo mejor del cine del mundo”. Debemos seguir preguntándonos: ¿qué tanto los pequeños cambios representan un fin a la imposición cultural? 

Pensando en que todas las películas nominadas a Mejor Película en 2021 vuelven a ser producciones estadounidenses, incluyendo Minari de dirección coreana, nos podemos dar cuenta de que no necesariamente representa un cambio. No se está considerando al arte de otras latitudes y es solo un discurso de inclusión. Parece que hay nominadxs y ganadorxs más diversos pero, en realidad, quienes dirigen la industria (lxs productorxs) siguen siendo lxs mismxs. 

Aunque todavía no estamos viendo un cambio real en la industria y en los premios, las narrativas que se reflejan en las películas y los discursos de lxs ganadorxs son un espacio que se abre para filtrar mensajes de crítica y dan un verdadero golpe a la hegemonía cultural racista, xenófoba, machista, y, en general, excluyente. De esa manera, seguir incluyendo puede terminar siendo la propia perdición de La Academia. La representación nunca sobra y, por ello, podemos apoyar estos proyectos al mismo tiempo que hacemos crítica del sistema en el que se hospedan. Ser admiradores y fieles seguidores del séptimo arte no ha de revelarnos de una mirada atenta a su complejidad y trasfondo. 

1 comentario sobre “And the Oscar goes to… Lo mejor del cine ¿en el mundo?

Deja un comentario

Contact Us