Requisitos para trabajar: quítate el útero ¡ya!



Frida Méndez

fridamendezmgs@erreizando.com


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¿Te imaginas asistir a una consulta médica por dolor en el útero y que te lo quiten?Esto es lo que le sucede a muchas mujeres trabajadoras agrícolas en Maharashtra, al oeste de la India, quienes abarrotan las consultas ginecológicas por menstruaciones irregulares, continuos dolores de cabeza y de vientre.

Su diagnóstico es casi siempre el mismo: posible cáncer; la solución: practicarles una histerectomía urgente para salvar sus vidas. La histerectomía es una cirugía que se hace para extraer el útero y, en muchos casos, también los ovarios. Pero, ¿realmente esta es la solución?

Una de cada tres de estas trabajadoras agrícolas ya se ha sometido a una histerectomía. La mayoría son recolectoras de caña de azúcar debido a que en Maharashtra se encuentran varias de las plantaciones más grandes del mundo. Ellas y sus familias pertenecen a sectores muy pobres de India, ya que provienen de una de las [1] castas más marginadas y discriminadas del país y, por lo tanto, el único trabajo al que pueden aspirar es a la recolección en los campos.

No obstante, las condiciones en las que trabajan son inhumanas. Las mujeres se instalan con su familia en campamentos al aire libre (sin baño, cama o cocina) y tienen jornadas laborales de 10 a 12 horas, que inician a las 3 de la mañana, con solo un día de descanso al mes. Además, muchas de estas mujeres siguen los pasos de sus madres recolectoras de caña de azúcar desde una muy temprana edad. Al igual que sus madres, sacrifican su educación por el trabajo precario en este sector agrícola.

Pero, ¿por qué las someten a la histerectomía? Es importante mencionar que todas las trabajadoras agrícolas experimentan el mismo patrón: trabajan y después de un tiempo inician con un dolor en el vientre de manera persistente. Se analiza,  entonces las posibles causas del dolor, así como su gravedad y si estas ameritan o no la práctica de la histerectomía.

Un primer factor a tomar en cuenta son los trastornos hormonales o padecimientos que afectan las funciones del útero. Muchos de estos provocan dolores durante la menstruación o, incluso, la ausencia de la misma, como la endometriosis o síndrome de ovario poliquístico. Aproximadamente el 10% de las mujeres a nivel mundial las padece y es posible que algunas de las recolectoras sean parte de esta estadística. Sin embargo, no son padecimientos generalmente peligrosos y, por lo tanto, no son un motivo para realizar una histerectomía.

El segundo factor corresponde al ambiente. Es indispensable tener en cuenta las condiciones insalubres en las que estas recolectoras viven dentro del campo. El nulo acceso a toallas sanitarias y la falta de información sobre la higiene íntima no hacen más que propiciar el aparecimiento de infecciones que pueden provocar dolor. En cualquier caso, estas condiciones no son consideradas lo suficientemente graves como para  retirar el útero.

En segundo lugar, los fertilizantes que se usan en el campo de la caña de azúcar contaminan el suelo con metales pesados. En consecuencia, las trabajadoras están expuestas a estos riesgos constantemente. En este sentido, se analizaron en Francia muestras de cabello pertenecientes a las recolectoras; los resultados confirmaron la intoxicación con metales pesados en los cuerpos de estas mujeres: plomo y cadmio principalmente. Es importante mencionar que, el exceso de metales pesados en el cuerpo humano puede provocar fibromas, un tipo de tumores que suele ser cancerígeno. Una vez más, el tratamiento oportuno podría ser suficiente y no hay necesidad de hacer una histerectomía.

Desafortunadamente estos dolores son lo suficientemente fuertes como para imposibilitar a estas mujeres a continuar con su jornada de trabajo con normalidad,lo que ocasiona que sus muqaddam (patrones), bajo amenaza de quitarles el sueldo si bajan su productividad, las mandan “por su bien” a los hospitales donde siempre se les retira el útero. Esto, desde un punto de vista médico, es absurdo, ya que el útero y el resto del aparato reproductor femenino tienen una función importante (más allá de procrear). Sólo en casos aislados se indica una histerectomía y para llegar a esta conclusión se debe hacer más que una simple ecografía.

Una de las principales razones de que se mantenga esta práctica tan invasiva en las mujeres en India es la productividad. A los muqaddam no les es redituable tener mujeres enfermas a las que haya que brindar las prestaciones de salud y  tengan derecho a agendar citas con un ginecólogo que atienda sus endometriosis o sus infecciones, y mucho menos que requieran perder tiempo en la adquisición de medicamentos. La precariedad en la que trabajan le asegura al muqaddam tener mano de obra barata, ya que desconoce sus derechos y puede explotarla. Por lo tanto, una histerectomía corta “de raíz” el problema de la biología femenina.

Cabe destacar que existen médicos coludidos en este tipo de prácticas. Las histerectomías son de las cirugías más caras en la India y, al realizarlas, hay beneficios económicos tanto para los médicos, como para los muqaddam. Los médicos obtienen una importante suma como pago de honorarios y, por otro lado, los muqaddam saben que las mujeres se endeudan por realizar la cirugía y se condenan a trabajar más tiempo en jornadas más largas.

Además, las mujeres terminan accediendo, ya que sus muqaddam las presionan y las amenazan con obligarlas a devolver sus precarios sueldos si no lo hacen. Cabe destacar que también se ven persuadidas por el médico que las atiende. Al ser un profesional se puede pensar que es alguien en quien se puede confiar la salud. Si él les dice “es posible cáncer y no hay otra solución más que realizar la cirugía”, entonces ellas creerán que es lo correcto.

Por otro lado, la maternidad podría dejar temporalmente fuera de sus labores a las mujeres. Esto significa pérdidas económicas para los muqaddam, ya que ellos reciben un pago por cada trabajador que tienen o que llevan a los campos de caña. No obstante, sin útero, la maternidad ya no es posible y estos supuestos “problemas” quedarían resueltos. 

Por un lado, el sistema capitalista y la corriente neoliberal que  defiende estas prácticas, se han encargado de deshumanizar la mano de obra, ya que la vuelve reemplazable. Le arrebata el fruto de su trabajo, le niega su condición de creador y lo convierte en esclavo de la máquina. Por otro lado, el machismo ha ejercido una opresión sistémica y, en conjunto con el capitalismo, se han apropiado de los cuerpos femeninos para explotarlos no solo sexualmente sino también laboralmente sino también por el hecho de ser mujeres.

Esto explica la razón por la cual los muqaddam se sienten con el derecho de mandar sobre los cuerpos de sus mujeres trabajadoras, con el dominio y la amenaza. Cuando su mano de obra femenina no “rinde” por culpa de su biología, entonces se debe retirar de sus entrañas la identidad femenina para que no cause más problemas, de tal forma el patrón seguirá explotando y generando ganancia a costa de las trabajadoras agrícolas.

Lo anterior,  tiene consecuencias lamentables. Las mujeres que se han sometido a este procedimiento a una edad muy temprana sufren de un envejecimiento prematuro, especialmente con el adelanto de la menopausia. Esto trae consigo un desbalance en la producción de algunas hormonas y, en consecuencia, el desarrollo de depresión y otras neuropsiquiátricas.  Sin dejar de mencionar que hay riesgo muy alto de sufrir osteoporosis, dolor muscular, dolor articular y dolor crónico en la zona de la cirugía

Lamentablemente, esta problemática evidencia varios aspectos importantes. Uno de ellos nos indica cómo el capitalismo sigue usando y explotando los cuerpos humanos para la generación de ganancias. La salud y la dignidad de las trabajadoras pasa a segundo plano cuando se trata de la productividad. La mano de obra se ha vuelto desechable y reemplazable a una velocidad increíblemente rápida.

Como último punto a reflexionar, nos podemos percatar de que somos testigos de cómo las mujeres están para servir a los deseos capitalistas y patriarcales de la sociedad, sin importar qué se ponga en riesgo su vida misma durante el proceso. No somos dueñas absolutas de nuestros cuerpos ni nuestras decisiones, no poder decidir sobre nosotras nos trae consecuencias, pero decidir también podría resultar contraproducente. ¿Hacia dónde se escapa de una atrocidad así? 

Notas:

[1] El sistema de castas sigue vigente, divide a los hindúes en cuatro categorías principales: brahmanes, kshatriyas, vaishyas y shudras (en orden descendente). La gran mayoría de indios nace y muere dentro de las casta a la que pertenece.

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