DISNEY+: La magia del capitalismo

Leonel Campuzano

leocampr@erreizando.com  

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Con la reciente llegada de Disney+ a Latinoamérica, la plataforma con la cual el gigante del entretenimiento The Walt Disney Company ha entrado de lleno a la era del streaming, nos hemos planteado diversas interrogantes sobre el enlace de la compañía con las relaciones internacionales y, a partir de ahora, con el mundo en un contexto de crisis sanitaria internacional. Si tú ya descargaste la aplicación o simplemente eres una persona seguidora de cualquiera de las franquicias adquiridas por esta empresa, en Erreizando te lo contamos.

Quienes nos dedicamos al estudio de lo internacional entendemos que, a partir de la década de los noventa, con mayor fuerza que nunca, las empresas trasnacionales como Disney adquirieron un papel preponderante para entender las relaciones existentes en el sistema internacional y sus diferentes actores, como otras empresas, países, ONG, entre otros. Todo esto se presenta en el marco del sistema capitalista moderno de producción en el cual esos macro actores, pero también tú y yo, desarrollamos nuestro diario vivir.

Disney es una empresa surgida en la década de los años veinte del siglo pasado, la cual, en un escenario convulso de entreguerras, logró asentarse en el mundo del entretenimiento y permanece hasta nuestros días. Aunque en principio surgió como una empresa dedicada a la producción de contenidos esencialmente para niños, hoy en día el público mayor a los 20 años es su mayor consumidor.

En este sentido, la trasnacional ha tenido que modificar y aumentar sus modelos de negocios dividiéndolos en cuatro rubros:

Producciones para medios tradicionales como ESPN, ABC, Disney Channel o National Geographic;

Los parques turísticos, atracciones, resorts, experiencias, entre los que destacan sus cruceros y parques temáticos, siendo el de Orlando Florida, el más grande en el mundo.

Los estudios de producción entre los cuales puedes encontrar PIXAR, Disney Animation Studios y su más cara y reciente adquisición, la 20th Century Studios valuada en más de 70 mil millones de dólares, y

Las nuevas plataformas para streaming Disney+, ESPN+, HULU y Hotstar.

Aunque podríamos imaginar que sus ganancias más fuertes se refieren a sus recientes adquisiciones multimillonarias y la incursión en la era digital, la realidad es que su sección de “experiencias”, parques temáticos en el mundo, cruceros y resorts, fue la que mantuvo, hasta abril de este año, las ganancias más altas de toda la empresa en su conjunto. Ha sido derivado de la COVID-19 que las mismas cayeron en picada, con lo cual, se puede explicar por qué la gigante del ratón ha puesto tanto empeño en que su nueva plataforma Disney+ llegue al mercado.

Si bien, hasta ahora hay más de 60 mil usuarios nuevos de la plataforma Disney+ en el mundo y estos van en aumento, desde 1997 existe una empresa competidora dedicada en ese entonces a la renta de películas. Superando el modelo de renta por correo, en 2007 Netflix lanzó con la mayor aceptación, internacionalmente hablando, la plataforma de streaming más grande y poderosa del mundo. La empresa se posicionó rápidamente en el mundo como líder del entretenimiento digital y, hoy en día, supera las ganancias de todo el corporativo de Walt Disney Company en su conjunto. Además, gracias a la pandemia, sus ganancias van en aumento. 

Netflix ha puesto en jaque la lógica del consumo de entretenimiento a nivel global, impactando directamente en diversos ámbitos relacionados con la producción de entretenimiento en el mundo. Desde la forma de trabajo de las productoras cinematográficas, las suscripciones del mercado de televisión de paga y las cadenas de proyección de cine, hasta la creación de algoritmos avanzados para registro anticipado de gustos del público, la democratización del espacio digital con pequeñas producciones y la más sofisticada red de marketing del mundo; todo se ha visto afectado con el éxito de la plataforma de streaming.

En el caso de Disney, podemos observar que, por más de 40 años, la empresa se ha adaptado a las necesidades del mercado y de todas las personas consumidoras. A la vez, se ha configurado como una de las empresas más poderosas del mundo, adquiriendo la capacidad de incidir en la agenda de las discusiones globales e impactando en diferentes escalas el mercado mundial de bienes de consumo digital. Hoy en día tanto el público fanático del ratoncito y sus amigos, como las grandes firmas inversionistas del mundo, se preguntan si Disney podrá seguir adaptándose o llegará el momento de su declive.

Renovarse o morir, ésta es la magia del capitalismo querida/o lector/a. Si bien Disney+ tendrá la exclusiva del contenido registrado en el emporio de marcas de The Walt Disney Company, su gran capacidad no está puesta en el streaming; la experiencia sigue siendo su forma de ingresos. Además, sus hasta ahora más de 7 mil contenidos diferentes no superarán los más de 20 mil de la plataforma competencia. La relación precio-cantidad, es un aspecto muy valorado por los consumidores del mundo y en especial en el mercado latinoamericano del cual se estima, abandonará pronto la plataforma.

El tema es de interés para internacionalistas y para toda nuestra sociedad, pues al comparar estas dos empresas estadounidenses podemos ver que, al final, todo es un juego del capitalismo que termina en términos de adaptabilidad, competencia y ganancia. Por ello, es necesario repensar nuestro consumo y reflexionar sobre el hecho de que absolutamente todo lo que los macro actores de las relaciones internacionales hacen, tiene relación directa contigo y los patrones de consumo mundiales. Además, nos invita a evitar pensarnos como un número más en los registros de estas empresas, sino debemos saber que el hecho de suscribirte o no, en algún sentido, tiene un impacto en el comportamiento de los macro actores del capitalismo global: No somos solamente un pequeño factor.

La pregunta final que dejamos a nuestros lectores, y con la que invito a la reflexión es: ¿Será Disney+ una apuesta segura para el gran Emporio de The Walt Disney Company, o habrán errado al decidir enfrentarse en este sentido a un gigante como Netflix?