The Handmaid´s Tale: Violencia contra las mujeres



Rebecca Mejía Meza

rebeccamejia@erreizando.com


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La violencia contra las mujeres es uno de los temas que más ha preocupado al mundo entero, especialmente en la última década. El tema incluso se ha insertado en las agendas de organismos internacionales, tales como la Organización de Naciones Unidas (ONU). Por ello, con el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, se ha buscado concientizar y hacer un llamado general a comprometerse para implementar acciones que atiendan las agresiones que viven millones de mujeres y niñas.

Ahora, es importante entender ¿qué es la violencia contra las mujeres?, y ¿por qué es contra las mujeres y no hacia las mujeres? El término hace referencia a todo acto violento con base en el género y que tenga como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o mental para las mujeres, así como las amenazas de tales actos. Asimismo, es vital enunciarla como violencia “contra” y no “hacia” las mujeres, pues se debe dejar en claro que es perpetrada por el simple hecho de que la víctima es mujer. Nótese que una u otra forma de nombrarla tiene significados y genealogías distintas.  

Estas conductas, consideradas entre las violaciones más graves a los derechos humanos y como graves atentados contra el bienestar de las mujeres, se pueden observar en diferentes ámbitos; entre ellos, las expresiones artísticas y culturales. Como ejemplo, desde la literatura y las producciones televisivas, se encuentra la ficción distópica de The Handmaid ‘s Tale, que ilustra crudamente lo que sucede cuando se legitima el uso de la violencia en contra de las mujeres. 

El cuento de la criada, como se titula en español,  es una serie de televisión producida en 2017 por Hulu, basada en la novela de 1985 escrita por Margaret Atwood. El argumento principal se centra en un futuro distópico, no lejano a la época en la que vivimos, donde las tasas de natalidad sufren caídas nunca antes vistas. Esto, según la trama, es como resultado del colapso ambiental y las infecciones de transmisión sexual. A su vez, como consecuencia de este escenario, se lleva a cabo un golpe de estado en los Estados Unidos y se crea un nuevo gobierno unitario, teocrático-fundamentalista [1]  y totalitario llamado “la República de Gilead”.

Lo interesante de este escenario caótico es la forma en la que se reorganiza la “Divina República” o Gilead. En particular, resalta la organización patriarcal de la sociedad, donde los hombres son los únicos que tienen acceso al poder, a las decisiones políticas y, en específico, que se les permite ejercer la violencia sobre las mujeres en el nuevo país. Se ha normalizado el ejercicio monopólico del poder para asegurar el supuesto orden y el progreso en la nueva nación.

La violencia que se ejerce en la República de Gilead no solo es sexual, espiritual y psicológica; es de despojo. Se deshumaniza a las mujeres, pues además se les categoriza según las funciones que los hombres asignan. Las Esposas, por ejemplo, son mujeres privilegiadas de alto rango que cumplieron un papel crucial en el establecimiento de la República; su papel dentro de la sociedad gileadania es ejemplificar el matrimonio “tradicional” y dictaminado por Dios: ser mujeres obedientes y que brindan apoyo completo a sus esposos. Las Criadas son la clase social más importante y, curiosamente, la más oprimida de la República de Gilead; su rol gira alrededor de la capacidad reproductiva, pues se les asigna una familia (de alto rango) para concebir y proporcionar hijos en un contexto de poca concepción.  Por otro lado, tenemos a las clases más bajas, representadas con las Marthas, quienes se dedican a ser las cocineras en las casas de los altos mandos, o las Jezebels, mujeres que no se consideran “aptas” más que para ser prostitutas en los burdeles clandestinos del nuevo país.

Estos fueron los roles que se les ha asignado en esta nueva realidad en la que viven. En cambio, el sistema teocrático patriarcal lo hizo por ellas. La masculinización del Estado implicó que fueran objetivizadas como mercancías,  herramientas y propiedades del género masculino; esto muestra una similitud con lo que sucede en la vida real. Consumen a diario nuestros cuerpos y se desechan de ellos con la misma facilidad que hacen los hombres en Gilead.

El régimen de Gilead no se limita únicamente a normar el uso de la capacidad reproductiva y existencial de las mujeres, sino que, de manera general, se les han arrebatado los derechos más básicos, sin importar la clase social a la que se pertenezca. Es decir; les han arrebatado  la individualidad, la identidad y la capacidad de decisión autónoma a cada una de las mujeres de Gilead.

Así, cosas tan simples como leer queda prohibido para las mujeres, bajo la amenaza de que se les corte un dedo. Dejar de lado sus profesiones es una falta grave porque las nuevas leyes de este modo lo dictaminan y, de contradecirlas, pueden ser torturadas. Incluso, tratar de escoger a quien amar conlleva morir ejecutadas y colgadas en el Muro [2].

Lamentablemente, todas estas violencias también ocurren, de cierta forma, fuera de la pantalla chica. Sucede  todos los días en nuestra vida cotidiana. Hoy mismo,  mujeres y niñas son víctimas de violencias en múltiples escenarios: el hogar, el trabajo, la escuela, el espacio público, en el ciberespacio y hasta en la esfera política. A escala mundial, “1 de cada 3 mujeres ha sufrido violencia física y/o sexual a lo largo de su vida, y en algunos países esta proporción aumenta a 7 de cada 10.” En el caso de México, aproximadamente 6 de cada 10 mujeres han sido víctimas de violencia. 

Como ya se había mencionado anteriormente, la violencia no es exclusiva del ámbito público, sino que también es recurrente en las relaciones de pareja o en los ámbitos familiares; es decir, en lo privado. Tan solo hay que tomar en cuenta las múltiples acusaciones por violencia doméstica que se presentan en México. En 2020 se registró el mayor número de denuncias por violencia familiar y doméstica en la historia de México, con un número que llega hasta las 220 mil, aproximadamente. Las agresiones contra las mujeres se llevan a cabo hasta en los espacios que deberían ser seguros para absolutamente todas.

A diario escuchamos sobre una niña de doce años que no regresó a casa después de la escuela. Cada día vemos noticias sobre una joven a quien le fue arrebatada la vida por su pareja. Las mujeres vivimos con miedo, pensamos que nuestras madres, hermanas y amigas podrían ser las siguientes. No dejamos de ser espectadoras y víctimas del patriarcado, y sus múltiples formas de ejercer violencia contra nosotras. ¿Acaso no tenemos derecho a disfrutar la vida sin tener miedo a que en cualquier momento podemos ser violentadas?

No es una ficción distópica, es nuestro día a día. En la serie y en la novela tenemos a June Osborne, quien no deja de pelear por la libertad y las injusticias de Gilead en contra de las mujeres. En el mundo real tenemos un sin fin de mujeres, como Marisela Escobedo, que buscan justicia para sus hijas desaparecidas y asesinadas. Tenemos mujeres como las Hermanas Mirabal, alzando la voz contra la violencia política. A las Mujeres del Rojava, luchando por la liberación de su pueblo.

The Handmaid’s Tale es solo una de las muchas formas en que se enuncian las violencias contra las mujeres, cuando sistemáticamente se nos deja desamparadas. Queda en cada unx de nosotrxs elegir una u otra forma de actuar contra las violencias. Nombrarlas es un logro de combate y reconciliación. En un día como lo es hoy, 25 de noviembre, no dejemos de enunciar y, sobre todo, no dejemos de luchar. Seamos las June Osborne de nuestras propias vidas. 


Notas:

[1] Se cree que Gilead es un culto cristiano extremista. El sistema político de Gilead se basa en una interpretación estricta y fuera de contexto de la Biblia, siendo tanto la verdad absoluta así como la Carta Magna con el fin de que las personas logren “la salvación y vivan una vida pura, piadosa”. 

[2] El Muro es un alto muro de ladrillos que define el límite de la ciudad donde se desarrolla The Handmaid’s Tale. Se utiliza para mostrar los cuerpos de personas ejecutadas que han roto las leyes y costumbres de la sociedad en Gilead. Tambien se exhiben los grupos que se consideran ilegales para el Estado (p.ej: homosexuales, católicos, etc.)

4 comentarios sobre “The Handmaid´s Tale: Violencia contra las mujeres

  1. Muy interesante artículo y precisos los puntos que se mencionaron. Un país con una cultura muy arraigada puede ser contraproducente, no sólo hablando de la violencia de género que puede generar sino en todos los aspectos, va en contra del avance, de un mejor desarrollo. Sé que muchas de las costumbres con las que crecemos son difíciles de cambiar, pero no imposible. Seguimos bajo un sistema patriarcal, aunque hayamos avanzado mucho a comparación de años anteriores, aún mantenemos ciertas ideas machistas que por supuesto somos capaces de analizar y deconstruirnos. Muchas veces minimizamos los micromachismos que tenemos por costumbre, pero siento que desde nuestras pequeñas fallas debemos comenzar a cuestionarnos (absolutamente todo).

    Instagram: @ashhmagic

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