Rogue One y las armas nucleares en Medio Oriente



Julieta Rosales

julieta.rosales@erreizando.com 


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Rogue One: Una historia de Star Wars es una de las películas más controversiales de la saga galáctica. De manera general, en ella se muestran rumores sobre la construcción de un “arma mata planetas”, la famosa Estrella de la Muerte, por parte del Imperio Galáctico. Por ello, los Rebeldes buscan corroborar si aquellos rumores son ciertos, así como responsabilizar y detener a toda costa a quien está involucrado en el desarrollo de dicha arma.

A la par, uno de los países sobre los cuales se especula acerca de la posesión de un programa nuclear es Irán. No obstante, sin la existencia de pruebas contundentes que lo demuestren, las actividades relacionadas con el enriquecimiento de uranio y la extracción de plutonio hacen sospechar a la sociedad internacional sobre la posibilidad de que se construya una bomba atómica. Ahora ¿Qué relación tiene el programa nuclear de Irán con la Estrella de la Muerte del Imperio Galáctico? Continúa leyendo este artículo para conocer cuáles actores internacionales podrían asimilarse a los de la película, y entender un poco sobre la cuestión nuclear en la región del Medio Oriente.

Un poco de contexto. La cuestión nuclear a nivel internacional comenzó a adquirir mayor importancia a partir de la Segunda Guerra Mundial con el estallido de las dos bombas nucleares en Hiroshima y Nagasaki, el 6 y 9 de agosto de 1945. Este suceso demostró que el arma atómica no sólo era un arma estratégica, sino que era un arma decisiva, porque quien la poseyese podría amenazar y, en su caso, utilizarla para derrotar al adversario en un conflicto bélico, tal como la Estrella de la Muerte es el arma que puede aniquilar al enemigo y así terminar la guerra.

De esta manera, a finales de la década de los cincuenta y principios de los sesenta, algunos países comenzaron a dotarse de armamento nuclear. Aunque Estados Unidos creía que el desarrollo de su programa nuclear podría disuadir a otros países de fabricar sus propias armas, esto solo aceleró las investigaciones y pruebas nucleares de otros, inicialmente Gran Bretaña y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), y posteriormente China, Francia, India, Israel y probablemente Pakistán.

Durante esta época se presentaron los primeros esbozos sobre el uso pacífico de la energía nuclear, tales como la electricidad, la medicina, la metalurgia, entre otros, así como la no proliferación nuclear y el desarme. Ante tal panorama, en 1968 se firmó el Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP), acuerdo en donde los países que ya poseían armas nucleares se comprometieron a no transferirlas, y los países sin armas, a no fabricarlas ni recibirlas.

Si bien algunos países del Medio Oriente como Irán, Yemen y Siria firmaron dicho tratado, otros dejaron de lado este compromiso y comenzaron a desarrollar armamento. En este artículo nos enfocaremos en el programa nuclear iraní, dado que, hasta hoy en día, se sigue discutiendo sobre ello. Asimismo, su revisión nos permitirá compararlo con lo que se muestra en la trama de la película. 

Con ayuda del gobierno estadounidense y del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), Irán recibió uranio enriquecido y plutonio en 1967 —elementos empleados en la fabricación de armas nucleares—, y en la década de los setenta firmó diversos acuerdos con Francia y otros países europeos en materia nuclear. De esta manera, Irán comenzó la construcción de laboratorios, plantas y reactores en su territorio. Además, cabe destacar que, en esta época, Irán era un gran aliado de Europa y Estados Unidos bajo el régimen de la dinastía Pahlevi.

La Revolución Islámica de 1979 y el posterior derrocamiento de la dinastía Pahlevi trajeron como consecuencias la nacionalización de los yacimientos petroleros en territorio iraní, la toma de la embajada de Estados Unidos, entre otras acciones que tenían como objetivo eliminar la influencia que otros países tenían en el país, principalmente, por parte de Estados Unidos.

A partir de la década de los ochenta, Irán pasa de ser un aliado de Occidente [1] a ser considerado un enemigo. El asunto adquirió mayor relevancia en 2003, durante la guerra de Estados Unidos contra “el terrorismo”. Las sospechas sobre el peligro que podría implicar que la República Islámica desarrollara bombas atómicas comenzaron, por lo que Estados Unidos acusó de manera pública a Irán y lo clasificó como parte del “Eje del mal” [2], bajo el argumento de que promocionaba el terrorismo y que el desarrollo de armamento representaba un peligro para la paz y estabilidad internacional. 

Irán negó las acusaciones y aceptó que el OIEA realizara inspecciones, las cuales resultaron en la falta de pruebas claras sobre la existencia de un programa nuclear. Sin embargo, se le solicitó que suspendiera las actividades relacionadas con el uranio, cosa que sucedió de manera temporal. Según las autoridades, el programa nuclear iraní posee únicamente fines civiles, pues tiene como objetivo generar electricidad y abastecer a toda la población con la misma. Cabe mencionar que lo último es un derecho establecido en el artículo IV del TNP (los Estados deben comprometerse a cooperar en el intercambio de información para el uso pacífico de la energía nuclear).

Por su parte, en una de las escenas iniciales de Rogue One, se observan varias naves imperiales llegando al planeta Jedha, una zona de guerra que alberga grandes cantidades de minerales Kyber, uno de los más poderosos de toda la galaxia. Se dice que estos son utilizados como combustible para el arma, por lo que el control de esta zona estratégica es de suma importancia para el Imperio.

Estados Unidos, apoyado por países del bloque occidental como Reino Unido, Francia y Alemania, percibe a la cuestión nuclear como un posible detonante de una guerra en el Golfo Pérsico o una estrategia militar de Irán [3]. De igual forma, países de la región como Israel y Arabia Saudita, fieles aliados económico-militares de Estados Unidos, son los principales impulsores del desarme nuclear de Irán.

Más recientemente, el rompimiento de Estados Unidos con el Plan de Acción Integral Conjunto (PAIC, firmado en 2015) [4], el cual limita a Irán de solo utilizar su programa nuclear para fines pacíficos, generó tensiones. El ex presidente Donald Trump argumentó que el pacto no evitaba que un “Estado patrocinador del terrorismo” desarrollase el arma nuclear, por lo que reestableció las restricciones económicas hacia Irán.  

En este sentido, se podría decir que la República Islámica es percibida, por los países previamente señalados, como el Imperio Galáctico. La obtención de uranio y plutonio (cristales Kyber) podría ser utilizada para construir una bomba atómica (Estrella de la Muerte). Es por ello que los Rebeldes (el bloque occidental), quienes observan el daño que podría causar el arma, deben responsabilizar a los involucrados. 

Ahora bien, si la sociedad internacional percibe a Irán como un enemigo común, tal como los miembros de la Inteligencia Rebelde percibían al Imperio Galáctico, se deben analizar también las razones por las cuales Arabia Saudita o Israel no son juzgados de la misma manera. O, por ejemplo, porqué otros países que cuentan con ojivas nucleares, como India o Pakistán (los cuales han fabricado su propia Estrella de la Muerte), tampoco son juzgados.

Los ataques de los Rebeldes hacia el Imperio Galáctico se asemejan al reciente asesinato del general iraní Qasem Soleimani a inicios del 2020, llevado a cabo por el ejército estadounidense. Soleimani fue el arquitecto de la inteligencia y de la fuerza militar iraní durante las últimas dos décadas. Además, dado el alto cargo que desempeñaba dentro de su país, fue considerado por algunos expertos como la persona más poderosa después del ayatolá Ruhollah Jomenei (Ex Líder supremo de Irán) [5].

Si bien el general no estaba relacionado directamente con la fabricación de armas nucleares, sí mantenía una cercana relación con el líder iraní y poseía importante información estratégico-militar, tal como el director Orson Krennic estuvo a cargo del proyecto de la Estrella de la Muerte y mantuvo comunicación cercana con el Emperador.

En la película se muestra un personaje clave: Bodhi Rook, el piloto desertor del Imperio que poseía información sobre la construcción de la Estrella de la Muerte, la cual entregó a la Alianza Rebelde. Esto mismo puede compararse con los espías de Israel, quienes se infiltraron en territorio iraní para cumplir con el objetivo del primer ministro Benjamín Netanyahu: demostrar al mundo que Irán está engañando a las potencias occidentales y a los inspectores del OIEA.

Sin embargo, debemos preguntarnos ¿por qué se le condena únicamente al régimen iraní, cuando existen otros países en la misma región que también podrían representar un “peligro para la paz y estabilidad internacional”? Tenemos el caso de Arabia Saudita, quien no sólo se abstuvo de firmar el TNP, sino que se dice, podría dotarse de uranio e, incluso, desarrollar armas nucleares con la ayuda de China.

En la misma línea, está presente el supuesto programa nuclear israelí, dado que también existen sospechas sobre un programa nuclear consolidado, sumado a que, a diferencia de otros países, nunca firmó ni ratificó el TNP. Además, junto con Arabia Saudita, ha sido el principal protagonista en la condena hacia Irán, justificándose con una serie de documentos robados por espías israelíes que, según estos, demuestran que Irán mintió sobre sus compromisos nucleares.

En conclusión, muchas de las películas proyectan un discurso específico, en donde los “salvadores” o “buenos” del cuento siempre serán los Estados Unidos, llevando “paz y estabilidad” a donde lleguen. La saga de Star Wars continúa con este argumento al ser una producción filmográfica estadounidense, que percibe a Irán como el enemigo a vencer, es decir, el Imperio Galáctico. La cuestión nuclear iraní, así como el Medio Oriente, resultan mucho más complejos de analizar que simplemente calificar como “bueno” o “malo” a un país por el desarrollo de un programa nuclear.

Ya vimos que la saga de Star Wars e Irán tienen muchos puntos para analizar: actores, acciones, acuerdos y otras cuestiones que complejizan la trama. La construcción de Estrellas de la Muerte seguirá siendo un tema a discutir. ¿Qué le deparará en un futuro a nuestra galaxia? 


Notas:

[1] Occidente entendiéndose como los países de Europa Occidental, así como otros que estuvieron influenciados por su cultura, tal como Estados Unidos.

[2] “Eje del mal” hace referencia a un listado de países considerados por Estados Unidos como enemigos por apoyar al terrorismo, tales como Irak, Corea del Norte, Cuba, entre otros.

[3] Moisés Garduño García, “La cuestión nuclear iraní revisitada: tensiones, sanciones y negociaciones en torno al Plan de Acción Integral Conjunto de 2015” [en línea], Estudios de Asia y África, vol. 55, no. 1 (171), enero-abril de 2020, p. 7.

[4] Pacto firmado en 2015 por Irán y los 5 miembros del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas: Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Rusia y China.

[5] El Líder supremo de Irán es la figura con mayor poder político y religioso del país, así como jefe de las fuerzas armadas, figura asemejada a un jefe de Estado.

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