Hoy se cumple un año del asesinato de George Floyd, un hombre afroestadounidense de 43 años, a manos de Derek Chauvin, un policía blanco del estado de Minnesota. El peso de la rodilla de Chauvin en el cuello de Floyd mostró la asfixia en la que vive la comunidad afrodescendiente en Estados Unidos, dado que no ha sido el único afroestadounidense asesinado por parte del orden público. El video de más de 9 minutos no solo evidenció al imperturbable Chauvin, sino también a la estructura racista que es apoyada por la exaltación de la cultura policial estadounidense
¿Cómo ocurrió esto? En este caso se distinguen tres causas: la cultura policiaca, la inmunidad calificada y el racismo estructural que privilegia a la población blanca. Como compartió Barack Obama en Twitter: La ‘rodilla en la nuca’ es una metáfora de cómo el sistema detiene con tanta arrogancia a los negros, ignorando los gritos de ayuda (…). [1]
Primero, la cultura se refiere a cómo un grupo le da sentido al mundo y a su rol en él, para la policía no es distinto. Se ha normalizado que lxs agentes son “la ley” y que, por lo tanto, sus órdenes deben de seguirse al pie de la letra. Cualquier desviación o rechazo es justificación suficiente para utilizar la violencia e, incluso, cometer asesinato, debido a que están salvaguardando el “tejido de la sociedad blanca”. Esta noción de protector crea un juego de opuestos que se vuelve letal por medio del entrenamiento basado en 1100 horas con armas de fuego, en comparación con 8 horas de manejo del conflicto.
En segundo lugar está la inmunidad cualificada, que fue establecida por el Tribunal Supremo de Estados Unidos en 1967 y se volvió doctrina [2] en 1982. Como menciona The Appeal, está protege a lxs oficiales de la responsabilidad personal, a menos que se determine que han violado lo que el tribunal define como los derechos legales o constitucionales claramente establecidos de un individuo [3]. Aunque la sentencia de Chauvin es un parte aguas, la inmunidad cualificada se utilizó en otros casos penales [4] en los que se absolvió a los agentes involucrados y se cimentó la cultura policial estadounidense contemporánea.
En tercer lugar, el racismo estructural y el privilegio blanco hacen referencia a la disparidad con sus pares blancos en términos de ingresos, oportunidades, estado de salud y relaciones con las instituciones de la ley y la justicia. La existencia de algunos casos de éxito monetario en la comunidad afroestadounidense no implica que la disparidad se haya superado —argumentos que defienden algunos estadounidenses conservadores, como el senador de Carolina del Sur, Lindsey Graham.
Lo anterior, en particular la relación con la ley y la justicia, se puede demostrar de acuerdo con los datos de Police Scorecard. En Estados Unidos, una persona afroestadounidense tiene 2.9 más probabilidad de morir a manos de un policía que una persona blanca. Este fenómeno se ha vuelto parte del día a día de la comunidad afroestadounidense, a tal grado que lxs padres se han visto forzados a tener “The Talk” (La plática) con sus hijxs, para que estos eviten ser detenidos por algún oficial. Ello, debido a que, según GALLUP, 4 de cada 10 afroestadounidenses tienen una evaluación negativa de sus interacciones con la ley, una tasa más alta que la de estadounidenses de tez blanca.
Además de destacar el caso de George Floyd, es importante mencionar algunos otros para ilustrar los puntos anteriores. El caso de Daunte Wright, un joven de 20 años que formaba parte de la misma comunidad, destaca porque fue asesinado “accidentalmente” por una policía que “confundió” su arma de fuego con un taser. También se encuentra el caso de Atatiana Jefferson, una joven estudiante que a pesar de no ser arrestada de una forma violenta, fue asesinada por un policía con un disparo, tras una llamada de emergencia que fue realizada por uno de sus vecinos. Lamentablemente hay más casos [5].
Esta estructura permeó la cultura popular en las teleseries policiacas: CSI, Hawaii 5.0, The Wire, The Shield, entre otras. Por ejemplo, en esta última mencionada, se observa en varios capítulos el arresto con un uso excesivo de violencia y, en algunos casos, hasta el asesinato de los posibles culpables sin haber antes realizado una investigación que probara la culpabilidad de las víctimas. Además, en cada una de las teleseries mencionadas se actúa de forma letal, pero en ningún momento lxs agentes reciben algún castigo por los actos violentos, lo que glorifica el trabajo policiaco sin ninguna crítica.
Sin embargo, el creciente descontento social por parte de lxs afroestadounidenses, así como la grabación de la violencia policial por parte de transeúntes, cámaras de vigilancia o cámaras de cuerpo de lxs agentes (y su viralización en las redes sociales), han motivado protestas en Estados Unidos en contra del abuso de poder por parte de la policía.
En 2013 nació el movimiento Black Lives Matter en redes sociales (con el hashtag del mismo nombre), para pedir justicia por la absolución de George Zimmerman, coordinador de la vigilancia de su privada, por el asesinato a tiros del joven afroestadounidense Trayvon Martin. Zimmerman fue absuelto debido a que la ley en Florida (donde pasó el suceso) le permitió usar su arma de fuego de forma letal bajo el argumento de que fue para su defensa personal. Sin embargo, en realidad, Trayvon Martin murió porque a Zimmerman le parecía “sospechoso”.
Hay aires de cambio gracias a las manifestaciones de la comunidad afroestadounidense. En abril, con la sentencia de Derek Chauvin, se inició el proceso para eliminar la inmunidad cualificada en todo el país, (debate que continúa hasta hoy). Dentro de la cultura policial, se cambió el juramento del Departamento de Policía de Minneapolis, procurando cuidar la vida y evitar el uso de la violencia fatal. Por último, cabe mencionar que las protestas tuvieron un impacto en la sociedad estadounidense, por ejemplo, una de las teleseries policiacas más longevas, Cops, fue cancelada por cuestiones de sensibilidad el año pasado.
Aunque el racismo estructural y el privilegio blanco siguen vigentes, se escuchan los gritos de protesta que reclaman ¡Black lives matter! (¡Las vidas negras importan!) [6], con el fin de cambiar la situación de las personas afrodescendientes. Para que las acciones violentas de lxs oficiales ya no formen parte de la cultura del orden público estadounidense o, en su caso, que estos puedan ser llevadxs ante la justicia, el racismo estructural debe dejar de normalizarse.
Notas:
[1] Cita con traducción propia.
[2] Es fuente secundaria de derecho, se refiere a la opinión que los juristas más prestigiosos expresan por escrito sobre determinada materia.
[3] Cita con traducción propia.
[4] Algunos ejemplos: Harlow v. Fitzgerald (1982), Mullenix v. Luna (2015), Sweet v. City of Mesa (2018), Corbitt v Vickers (2019).
[5] Para saber quiénes son, dar click aquí.
[6] Traducción propia.