La gastronomía es, y ha sido durante siglos, un elemento intrínseco y característico de las culturas de todo el mundo. Así como académicamente se suele definir como los rasgos característicos sobre el vivir de una sociedad, podemos entender a la cultura como un puente de comunicación entre los países que facilita el conocimiento y la cooperación entre los pueblos. Es así como muchos países se asisten de la gastronomía para conducir su diplomacia cultural y alcanzar así los objetivos de su política exterior.
Pero, ¿qué es la diplomacia cultural y qué tiene que ver la gastronomía con ella?
La diplomacia cultural, que tiene el objetivo de alcanzar la paz y la estabilidad a través del intercambio cultural, es parte de lo que muchos académicos han denominado “poder blando”; que hace uso de los rasgos característicos de una sociedad para generar una imagen positiva al exterior y gozar de buena reputación. Esto puede manifestarse de muchas formas: con la promoción de las artes de un país mediante exhibiciones, conciertos o muestras. La gastronomía, al ser un elemento constitutivo de la cultura de un pueblo, puede utilizarse en la diplomacia como punto de intercambio cultural entre países.
Tomando el caso de México como ejemplo, uno de los objetivos primarios de su política exterior ha sido la ampliación de su presencia a nivel internacional a través del intercambio cultural. La diplomacia, dirigida desde la Secretaría de Relaciones Exteriores ha tenido un papel muy importante en este sentido, ya que se ha encargado de la promoción en el exterior de los valores que nutren la identidad mexicana. La gastronomía es uno de los elementos que le da forma a la identidad nacional, por lo que ha sido incluida en la práctica diplomática.
Ahora, los conocimientos, prácticas, técnicas e ingredientes son lo que van formando la tradición culinaria de un pueblo. Ésta tradición culinaria es lo que forma parte de la identidad de una nación. En México esta tradición culinaria es producto de las mezclas entre las culturas prehispánicas, sumado a la injerencia española durante el Virreinato y su desarrollo hasta la actualidad, dándole su riqueza y diversidad a la cocina tradicional mexicana.
Desde 2015, la cocina tradicional mexicana forma parte del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). Solamente tres cocinas, además de la mexicana, han sido reconocidas como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad: la francesa, la mediterránea y la japonesa. Este reconocimiento le da a México una gran herramienta para asistir su diplomacia hacia otros países con los que busque entablar relaciones.
La tradición culinaria, que forma algunos elementos identitarios de una nación, tiene su origen en una de las actividades más básicas del ser humano, la alimentación. Los hábitos alimenticios de los pueblos son muy diferentes entre uno y otro, ya que están condicionados por cuestiones climáticas, geográficas, y en algunos casos hasta genéticas. Es así como los distintos pueblos han desarrollado durante siglos platillos característicos de las regiones donde habitan. Como ejemplo, la gran variedad de papas en el Perú es una pieza fundamental de su gastronomía, o el maíz para México, o la oliva para los países del mediterráneo. Todo este conjunto de costumbres culinarias es lo que van formando la gastronomía de un país.
Llevado a la práctica de las relaciones internacionales, la cultura y, en este caso, la gastronomía de un país puede ayudar a estrechar lazos con otro país, dar a conocerlo en el exterior o simplemente dar una muestra de lo que es característico de su cocina. Es común que en los eventos realizados por las embajadas se den muestras culinarias y, en muchos casos, se invita a chefs de renombre del país en cuestión para preparar el menú.
Los chefs juegan un papel muy importante en la tradición culinaria que forma la identidad nacional. Está el caso de Gastón Acurio, chef peruano que revolucionó la cocina de su país. Cuenta con más de 34 restaurantes, 27 de ellos alrededor del mundo en ciudades como Tokio, Nueva York y París, en los que la gente hace fila para probar la cocina tradicional peruana. En ese sentido, el trabajo de Acurio es un ejemplo de cómo la presencia gastronómica de un país en el extranjero puede ser promotora del país en sí.
También, la gastronomía puede servir como impulso de las actividades económicas, este es el caso del turismo gastronómico. Una tendencia muy reciente en el sector turístico en el que los extranjeros se interesan por las tradiciones culinarias del país que visitan y son conducidos por recorridos en los que les presentan las prácticas, técnicas e ingredientes de la cocina tradicional. En México, este tipo de turismo ha tenido un gran auge en Estados como Yucatán, Oaxaca y Puebla, regiones del país con una tradición y riqueza gastronómica reconocida internacionalmente.
Por otro lado, la gastronomía ha servido para hacer conciencia a nivel internacional de problemas como el de la seguridad alimentaria o la hambruna. Si se busca preservar la cocina tradicional, se deben preservar sus ingredientes, algunos de ellos se ven amenazados por el cambio climático. La cocina tradicional de los pueblos puede ser este puente que intensifique la cooperación entre países para preservar sus costumbres culinarias. Es así como la diplomacia puede asistirse de la gastronomía para impulsar agendas que velen por un derecho tan básico como es el de la alimentación.
Ya sea para aumentar la presencia internacional de un país, para darle una buena imagen o para impulsar agendas de cooperación y desarrollo, la gastronomía es un puente entre culturas. La labor diplomática tiene en la gastronomía una enorme herramienta para estrechar las relaciones con otros Estados. Cada vez vemos más países adoptar esta táctica de poder blando en su política exterior.
En Erreizando queremos saber ¿cuál es tu cocina internacional favorita?
Que artículo tan interesante! Felicidades!! Sin él, no hubiera conocido el papel tan importante que juega la gastronomía en la diplomacia. Me lleva a pensar en un enorme lazo de paz de la humanidad a través de platillos de las distintas regiones. Mi cocina favorita es la italiana, pero me encanta la variedad de la mexicana y aunque la he comido en pocas ocasiones, disfruto mucho la japonesa.
Mi preferida es la mexicana, pero también me gusta mucho la japonesa e italiana.
Ciertamente, la comida en México es muy reconocida, un motivo de orgullo para el país.