Hacktivismo: ¿Un nuevo mecanismo de activismo político?



Andrés González

andres.glz@erreizando.com


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Hoy en día, los movimientos sociales y el activismo político tienen cada vez una mayor representación en la sociedad internacional. Las demandas sociales ahora se enfocan temas que antes no se visibilizaban, debido a la represión política histórica. Por ello, las formas en que las y los activistas se manifiestan en la actualidad se han diversificado haciendo uso de nuevas herramientas y mecanismos. 

En un discurso que pronunció Hillary Clinton como Secretaria de Estado en el 2010, explicó que “el uso de las nuevas tecnologías de información y comunicación han empujado a la humanidad hacia un proceso irreversible de liberalización política y democratización, además de que tienen la capacidad de reescribir las reglas del activismo político.” 

De acuerdo a lo anterior, el uso de las nuevas tecnologías ha permitido una mejor circulación de la información y, al mismo tiempo, las y los ciudadanos son más partícipes de las cuestiones políticas. Por lo tanto, las TIC (Tecnologías de Información y Comunicación) son un poderoso instrumento para exigir una mayor transparencia y responsabilidad en las acciones de un gobierno.

Hoy en día, el uso de internet se ha intensificado al estar involucrado en la vida cotidiana de las personas, en diversos aspectos como el trabajo, cultura, la educación, el ocio, entre otras. Con relación a lo anterior, uno de los ámbitos en los que el internet y las redes sociales han tenido un mayor impacto es en el activismo político. Cualquier persona que quiera manifestar su opinión o sentir respecto a un tema, puede hacerlo a través de las redes sociales, en las cuáles podrá recibir o no apoyo de la comunidad digital. 

No obstante, hay personas que no se conforman solo con dar su opinión y deciden ejecutar acciones concretas para que sus objetivos tengan un mayor alcance. El término hacktivismo surgió en el año de 1984, como una forma moderna de manifestación política a través del espacio virtual, mejor conocido como ‘ciberespacio’, en el cual, los involucrados obtienen mayor libertad de expresión y resguardan su identidad bajo el sello del anonimato.  

El hacktivismo se caracteriza por ser una protesta protagonizada por expertos en conocimientos de Informática denominados ‘hackers’, quienes hacen uso del ciberespacio y toman ventaja de los fallos de seguridad de los sistemas informáticos gubernamentales para promover determinadas ideas políticas o manifestar la inconformidad social ante un problema identificado.

Cabe señalar que, numerosas empresas y organismos públicos consideran al movimiento hacktivista como peligroso, por lo que recientemente pasó a ser parte de la agenda de seguridad internacional. Estos actores internacionales argumentan que el hacktivismo representa una amenaza a su seguridad debido a la vulnerabilidad que presentan sus sistemas que resguardan información, los cuales en muchas ocasiones han sido expuestos al público y han dejado en evidencia a las partes afectadas. 

Bajo esta misma lógica, existen algunas posturas negativas sobre el uso del internet con este propósito. Lo han calificado como un medio que propicia la criminalidad y que puede utilizarse con fines autoritarios de control sobre la población, es decir, que traspasa el derecho a la privacidad de cada ser humano. 

Un claro ejemplo de este fenómeno, fue cuando Julian Assange, creador de WikiLeaks, y Edward Snowden, consultor tecnológico estadounidense, tuvieron fricciones con el gobierno de Estados Unidos por revelar información confidencial que evidenció el espionaje por parte de este país hacía varios gobiernos del mundo. Este fue un suceso clave que marcó las pautas para que se llegara a considerar a los hackers como delincuentes cibernéticos. De ese modo, se planteó la necesidad de crear marcos normativos para regular y proteger el ciberespacio por medio del establecimiento de la ciberseguridad. 

Por otra parte, algunos expertos en ciberseguridad creen que el hacktivismo trae beneficios para la sociedad, porque crean una comunidad virtual que se siente identificada ante los problemas de impunidad, el no respeto a los Derechos Humanos, la corrupción, entre otros temas. Esta práctica sí puede considerarse como una protesta social que usa recursos tecnológicos actuales, como el internet y redes sociales. El hacktivismo pretende garantizar la libertad de expresión, el acceso a la información, promover los derechos de las y los ciudadanos.

De acuerdo a la postura anterior, el hacktivismo no es equivalente a la delincuencia informática. Tomando en cuenta esta premisa, la ética hacker plantea que el acceso al conocimiento debería ser considerado un derecho universal del ser humano. Además,  abogan por la democratización del internet como un espacio al que todos y todas debemos de tener acceso por igual, para beneficiarnos y aportar a este de manera activa.  

Siguiendo el mismo argumento, para los y las hacktivistas, el internet es un arma con la que cuentan los ciudadanos del mundo ante acciones autoritarias por parte de un gobierno. Es decir, los medios de comunicación tradicionales dejaron de ser confiables para la población debido a la influencia y manipulación estatal de la información. Por lo tanto, el internet pasó a ser la fuente más utilizada para acceder a información de todo tipo y también para cuestionar la veracidad de los hechos que acontecen en el plano local, nacional, internacional, etc.

Para ejemplificar otra manera en que pueden actuar los hacktivistas, además del robo de información confidencial para hacerla pública, es a través de los ataques de Denegación de Servicios (DoS). El grupo conocido como ‘Anonymous’, es el caso más práctico, porque han realizado este tipo de ataques a diversas páginas privadas como Mastercard, Visa, Paypal, y otros sitios gubernamentales de todo el mundo. Su objetivo está encaminado a inhabilitar el uso de estas páginas y así, bloquear sus servicios. Esto indudablemente conlleva a una serie de pérdidas económicas y desprestigia a los actores públicos y privados involucrados. 

A manera de conclusión, es claro que existen posturas contrapuestas a este fenómeno. Hay visiones que perciben al hacktivismo como un mecanismo contemporáneo de participación política no convencional, que hace uso de las potencialidades del ciberespacio y se sigue gestando en pro de alcanzar un acceso al conocimiento colectivo. Por otro lado, hay posturas que lo entienden como una táctica delictiva para lograr objetivos basados en la desestabilización de los sistemas. 

El alcance que actualmente tiene el internet y el constante desarrollo tecnológico son herramientas muy poderosas. Por consiguiente, las acciones que se realizan en el ciberespacio, algunas de ellas por hackers, generan un gran impacto a nivel global, el cual puede concebirse de las dos maneras antes mencionadas. Por eso mismo, es importante pensar ¿Desde cuál perspectiva mirar al hacktivismo? Para ello es recomendable concebir al mismo desde el impacto que tiene en nuestro entorno más cercano y si representa una postura personal en cuanto a la legitimidad de sus acciones y mecanismos para defender sus objetivos políticos. Es decir, ¿Podemos considerar al hacktivismo un nuevo movimiento social válido? 


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